A lo largo de un día y dependiendo de la actividad que realicemos, nuestro corazón modifica el ritmo con el que late. Esto no supone un problema de salud, ya que se trata de un órgano diseñado para adaptar el flujo de sangre a las necesidades específicas del cuerpo.

Solo cuando los cambios en el ritmo cardiaco se presentan constantemente, sin motivo alguno y en compañía de otros síntomas se puede decir que la persona está padeciendo de una arritmia y será necesario que reciba atención médica profesional.

¿Qué es una arritmia cardiaca?

En pocas palabras, una arritmia cardiaca se presenta cuando los latidos del corazón son anormales, ya sean demasiado rápidos o demasiado lentos. Algunas personas no presentan síntomas, otras en cambio experimentan dolor de pecho, desmayos o mareo.

Los movimientos del corazón se deben a impulsos eléctricos provenientes del cerebro que hacen que tanto las aurículas (parte superior), como las ventrículos (parte inferior) se contraigan rítmicamente. Cuando estos impulsos no se originan en el sitio correcto o se ven interrumpidos aparecen las arritmias.

Una arritmia puede presentarse en cualquier momento de la vida, aun cuando no estemos realizando actividad deportiva o estemos muy relajados, esto no quiere decir que sea el inicio de una patología cardiaca, de hecho, la mayor parte de la población tiene ocasionalmente contracciones ventriculares prematuras (CVP).

Durante un episodio de CVP se tiene la sensación de que el corazón se salta dos latidos, pero en realidad lo que ocurre es un breve latido adicional entre cada contracción.  Los latidos prematuros frecuentes que se presentan durante varios años pueden llegar a debilitar el corazón.

 

Causas de las arritmias cardiacas

arritmia cardiaca llamada de emergencia

Las causas de las arritmias cardiacas son diversas y en algunas ocasiones se producen como consecuencia de un problema previo en el corazón, por ejemplo, cuando la persona ha tenido un infarto y queda una cicatriz en el miocardio.

Otras causas de arritmia pueden ser los problemas de tiroides, presión arterial alta, diabetes, obstrucción de las arterias, infecciones por coronavirus, apnea del sueño y cambios en la estructura del corazón por algún daño en su tejido.

Fumar, beber en exceso, estar expuesto a sustancias químicas, utilizar ciertas drogas y medicamentos en enfermedades crónicas aumentan el riesgo de padecer arritmias cardiacas, al igual que tener una edad avanzada, sufrir ansiedad y estrés crónico. La genética también juega un papel importante.

 

Tipos de arritmias cardiacas

Cuando la frecuencia cardiaca es muy elevada, es decir, más de 100 pulsaciones por minuto, hablamos de una taquicardia, en cambio, cuando el pulso está por debajo de los 60 latidos se dice que la persona tiene una bradicardia.

Al mismo tiempo, las arritmias pueden ser supra ventriculares cuando se originan antes del Haz de His, en otras palabras, en los compartimientos superiores del corazón, o ventriculares, cuando se originan en los ventrículos.

Una persona que sienta alteraciones cardiacas con frecuencia debe prestar atención a otros síntomas como fatiga ante un esfuerzo mínimo, dolor en el pecho, mareo, pérdida del conocimiento, sudoración fría y ansiedad, en caso de notar estas manifestaciones es hora de acudir con un profesional de la salud.

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