«Salir a dar un paseo» o, más técnicamente, «caminar», se puede considerar el deporte moderado por excelencia; un trabajo sencillo que proporciona grandes beneficios al cuerpo.
Caminar es una de las actividades físicas que, cuando se realiza con normalidad y un nivel de intensidad razonable, se considera una forma de conseguir energía saludable.
Después de estudiar a casi 30.000 personas a la hora de caminar, los expertos del Centro Nacional de Promoción de la Salud y Prevención de Enfermedades Crónicas de Atlanta (Georgia), llegaron a la conclusión de que existe muchos beneficios y reducción de problemas del tipo cardiovascular.
El sedentarismo: un enemigo común
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las personas adultas realicen por lo menos, 150 minutos de actividad física controlada a la semana, lo que puede traducirse en un recorrido de media hora de cinco días a la semana .
Aún a pesar de que no es muy difícil cumplir con esta recomendación, la propia OMS sostiene que esta regla sólo la siguen uno de cada tres individuos.
Según un informe depositado por la Red Europea del Corazón (EHN), una corporación que forma parte de la Fundación Española del Corazón (FEC), el 25% de las mujeres y el 22% de los hombres en Europa están físicamente inactivos.
Las cifras en España son también más preocupantes, ya que entre el 20 y el 29,9% de los hombres no realizan actividad física, mientras que entre el 30 y el 39,9% de las mujeres no realizan tampoco actividad física.
Caminar lucha contra los riesgos cardiovasculares
Como informa desde la FEC, caminar ayuda a mantener a raya los riesgos de enfermedades cardiovasculares ya que ayuda a controlar, el peso la tensión arterial, la diabetes tipo 2 y el colesterol:
- La presión arterial: Caminar es especialmente enriquecedor para las personas consideradas pre-hipertensas, probablemente porque es capaz de restaurar las variaciones vasculares en sus campos originales.
- El sobrepeso: Cuando se camina y a la vez existe una restricción calórica, la pérdida de peso es mucho más efectiva. En gran medida aconsejable en personas con sobrepeso, en las que otro tipo de aplicación física puede forzar negativamente su salud osteoarticular. También favorece mantener la línea
- Diabetes tipo 2: Las personas que caminan regularmente reducen los peligros asociados con la diabetes. Caminar en un rango moderado entre 150 y 300 minutos por semana puede prevenir el desarrollo de la diabetes hasta en un 35%. Además, en los diabéticos, esta tarea reduce significativamente los niveles de glucosa en sangre en ayunas y de hemoglobina glicosilada (Hba1c), lo que facilita la reducción de la ingesta de antidiabéticos lípidos y/o dosis de insulina.
- Colesterol y triglicéridos: Caminar frecuentemente reduce los triglicéridos y aumenta los niveles de Hdl (colesterol bueno), reformando así el rasgo lipídico por completo, incluso en pacientes con dislipidemia y diabetes.